Prefacio

De todo lo que amé en días inconstantes
ya sólo van quedando

rastros,
marañas,
conjeturas,
pistas dudosas, vagas informaciones:
por ejemplo, la lluvia en la lucerna
de un cuarto triste de París,
la sombra rosa de los flamboyanes
engalanando a franjas la casa familiar de Camagüey,
aquellos taciturnos rastros de Babilonia
junto a los barrizales suntuosos del Éufrates,
un arcaico crepúsculo en las Islas Galápagos,
los prolijos fantasmas
de un memorable lupanar de Cádiz,
una mañana sin errores
ante la tumba de Ibn’Arabi en un suburbio de Damasco,
el cuerpo de Manuela tendido entre los juncos de Doñana,
aquel café de Bogotá
donde iba a menudo con amigos que han muerto,
la gimiente tirantez del velamen
en la bordada previa a aquel primer naufragio...

Cosas así de simples y soberbias.

Pero de todo eso
¿qué me importa
evocar, preservar después de tan volubles
comparecencias del olvido?

Nada sino una sombra
Cruzándose en la noche con mi sombra.
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Como decía Ortega, las personas somos nosotros y nuestras circunstancias: nuestras vivencias, nuestra Historia, todo lo que nos conforma y está guardado en algún rincón dentro de nosotros forma parte de nuestra vida y es la base, el peldaño inferior, desde el que nos impulsamos para ir más allá, para seguir en la brecha. La suma de todas las circunstancias resulta a la vez en un orden y un caos, algo que trasciende la voluntad humana y se convierte en el gran teatro que es la vida, con sus reglas, naturales y artificiales; pero también con su espacio para conocer, para descubrir y para experimentar.

Este blog, creado una tarde cualquiera de Domingo, nace con el propósito de aportar otro punto de vista más sobre ese orden y ese caos, sobre la vida, sobre todos nosotros. El autor describirá el Mundo tal y como lo ve desde su espacio vital más próximo, siempre con la obvia precaución que da la experiencia de desconocer lo que hay más allá. Este blog ahora no es más que un grito de alguien que existe y que, consciente de su lugar, sabe que algún día volverá al lugar de donde vino. No obstante, y mientras tanto, caminará adelante sin miedo. En qué circunstancias, ya veremos...